Existe otra configuración
burocrática, pero como ésta depende de la estandarización de las habilidades y
no de los procesos de trabajo o de los resultados para su coordinación, es
dramáticamente distinta a la de tipo máquina. Aquí predomina el impulso hacia
la profesionalización. Al tener que depender de profesionales capacitados -
gente altamente especializada, pero con un control considerable sobre su
trabajo, corno en los hospitales o las universidades - para desempeñar sus
tareas operativas, la organización cede gran parte de su poder, no sólo a los
profesionales, sino también a las asociaciones e instituciones que los
seleccionaron y capacitaron. Por tanto, la estructura que surge es horizontal y
altamente descentralizada; el poder desciende sobre muchas decisiones, tanto
operativas corno estratégicas, hacia los niveles jerárquicos de los
profesionales del núcleo de operaciones.
Por encima del núcleo de
operaciones se encuentra una estructura bastante original. Existe poca
necesidad de una tecno-estructura, ya que la principal estandarización ocurre
como resultado de la capacitación que se lleva a cabo fuera de la organización.
Dado que los profesionales trabajan tan independientemente, el tamaño de las
unidades operativas puede ser suficientemente grande y los gerentes de primera
línea que se requieren son pocos. Para respaldar a los profesionales altamente
apreciados, el personal de apoyo es por lo general numeroso.
La organización profesional se
requiere cuando una organización se encuentra en un medio ambiente que es
estable y al mismo tiempo complejo. La complejidad requiere una
descentralización para individuos altamente capacitados y la estabilidad les
permite aplicar habilidades estandarizadas y así trabajar con un amplio grado
de autonomía. Para asegurar tal autonomía, el sistema de producción no debe ser
ni muy regulado, complejo o automatizado.
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